y punto. 4 días de no parar, noches de 5 horas, y un vuelo de vuelta con retraso.
Después que el miércoles nos dejara un taxista en casa sobre la 1:30 de la madrugada despidiéndose con un God bless you! (es el primer desconocido que me bendice y en inglés), y tras una noche de dormir poquísimo, pasé el día de ayer con un ojo abierto y el otro cerrado.
Menos mal que los chocolates que traje al trabajo mantuvieron al personal entretenido y no se fijaron mucho en mí, porque los bostezos eran de concurso.
Por suerte hoy es viernes, unas pocas horas más y ya.
El resúmen extendido de la estancia en Barna, se lo dejo a txema, que yo estoy muerta.
Déjate en paz y descansa 🙂
Este es el precio que tienes que pagar para estar en paz con la Hancienda Pública Española. Sino, que se lo pregunten a «La Pantoja».
Hombre, si ese es el precio que hay que pagar, casi mejor se paga.
miguev, no te procupes que estaré despierta para tu fiesta. Ya casi me he recuperado 🙂