2 semanas

Hoy Alan cumple 2 semanas. Me parece mentira que haya pasado el tiempo tan rápido. Ya hace una semana y pico que nos soltaron del hospital y desde entonces estamos en casa, como dice la otra Bea, luchando contra el caos.

Por supuesto el nuevo rey de la casa es el elemento más caótico; es demasiado joven para tener una rutina con lo cual come y duerme cuando le viene en gana, y los demás tratamos de adaptarnos.

El lunes pasado vino la public nurse de la zona a pesarlo y medirlo y ya ha ganado peso el tío: 3,020 kg, 120 g más de con los que nació, todo un récord en sólo una semana. Está estupendo si no fuera por que ha empezado a tener gases que le fastidian mucho y eso complica las cosas a la hora de comer. Mañana trataremos de pesarlo otra vez a ver qué tal va.

Como ya me vaticinaron apenas tengo tiempo ni de ducharme, así que tanto el blog como el email lo tengo de un abandonado que da pena. So sorry, pero va a continuar así por un tiempo más, el relato del parto tendrá que esperar, recuperarse de una cesárea es lo que tiene.

Agradezco mucho las muestras de interés y de ánimos. Sé que estáis ahí y no dudo de usaros cuando se tercie 🙂

Actualización 02/03/2010: Después de ir a la public clinic, el pingüino pesa 3.460, un aumento de 440gr en una semana no está nada mal 🙂

Alan ya está aquí!

Ha nacido hoy (bueno, a estas horas ayer ya, ha sido un día muuuuuuy largo) hacia a las 4 de la madrugada,  y pesa 2,9 kg.

Todo ha ido bien (aunque no como estaba planeado, para variar), y la madre y el niño están estupendos. Dejaré que bea cuente los detalles del parto en un futuro post (si le apetece) que yo ahora después de 27 horas sin dormir no estoy para muchos relatos y de momento os dejo con la primera foto oficial:

Fumando espero…

Sí, como en aquellas pelis de los 70-80, cuando a los hombres lo único que tenían que hacer durante un parto era fumarse una caja de ducados en una sala de espera y luego repartir puros cuando la enfermera venía a decirles lo que había sido.

Pues así estamos, esperando sin nada más que hacerle. El  lunes estuvimos en el hospital, donde le hicieron un escaneo al ni­ño y está estupendo, así que de momento no tienen prisa por hacerlo salir. Habrá que esperar a que él decida salir por su cuenta, aunque teniendo en cuenta el frío que hace fuera no me extrañaría que quisiera esperar hasta el verano 😉

Due Date

Bueno, pues después de tanta espera hoy es el día. Hoy salgo de cuentas. Y como era de esperar, Alan ya demuestra que sale a sus padres llegando fashionablemente tarde 🙂

De momento seguimos igual, él cabeza abajo, sin encajar y moviéndose mucho, y yo pesada y torpe. Al menos, después de 2 semanas de baja maternal, estoy mucho más descansada para enfrentarme a lo que se avecina.

No tengo más que añadir, en cuanto haya novedades ya iremos avisando. Espero que pronto.

Empieza la cuenta atrás

Parece que ya ha llegado el momento de tomarse las cosas en serio. El pingüino va a venir en unas tres semanas estemos listos o no. Más nos vale acabar de hacernos a la idea. Para empezar, según nos ha dicho hoy el médico, ya pesa 3.1 kilos y se mueve mucho. Todo sigue estupendo, y no me tengo que preocupar por nada.

Por otro lado esta es mi última semana en el trabajo, ganas tengo ya de pillar la baja, y tengo que acabar mil cosas. No es que me estresen mucho, lo que no acabé se quedará así, pero no tengo tiempo casi ni de respirar. Tengo pendiente varios mails, y apenas puedo dar señales de vida 🙂

No se puede decir que nos haya entrado el síndrome de «hacer el nido», en nuestro caso más bien es el síndrome de «que nos pilla el toro» y es que como no empecemos ya no nos va a dar tiempo.

Así que nos va tocando empezar con las preparaciones varias. El fin de semana pasado estuvimos montando la sleepi en modo mini-cuna (lo malo de comprar cacharros multiusos es que ahora tenemos una pedazo de caja con el resto de piezas de la cuna ahí estorbando) y empezando a preparar la bolsa de cosas que hay que llevar al hospital.

Este finde hemos ido a busca el maxicosi que teníamos encargado (color urban breen, super fashion, cosas de txm) y nos hemos dedicado también a vaciar el trastero, ya que básicamente estaba lleno de cajas de cacharros electrónicos (eso tiene que ser otro síndrome «acumulación de cajas vacías de cacharros electrónicos y cables varios»  también cosas de txema) a ver si podemos aprovecharlo mejor.

Sólo nos queda esperar que nos traigan la cómoda para la ropa del pingüino y el cambiador/bañera, que ya están encargados, y creo que ya tenemos lo básico cubierto.

Tercer trimestre

Ya estamos en el séptimo mes, y Alan y yo seguimos bien, cada vez más incómodos pero bien: él sigue creciendo, y yo engordando.

Me parece mentira que quede tan poco. Hace nada me parecía que esto no me estaba pasando a mí. Siguiendo mi lógica aplastante, también me parece mentira que aún quede tanto. Ya estoy cansada de estar embarazada la verdad. Una no se acaba de acostumbrar a todas las molestias y limitaciones que acompañan. Sí, cuando el pingüino nazca se compensará todo, y mi cuerpo se encargará de que me olvide de todo lo mal que lo pueda estar pasando, vale. Compensará y con creces. Vale.

Pero mientras, aparte de fastidiarme con las molestias, hay muchas cosas que echo de menos.

He aquí una lista:

* Un buen carpaccio de ternera/atún
* Hartarme de sashimi
* Beber tónica
* Dormir boca abajo
* Ir de tapas de embutidos
* Un vermut bien frío en el paseo marítimo
* Una fideuà con allioli auténtico
* Que me hagan un masaje en la espalda que me deje para el arrastre
* Regar un saganaki con un blaco de rueda
* Ir a un parque de atracciones
* No tener que mirar qué endulzantes lleva cada bebida
* Champiñones crudos
* Un bocata de foie gras con queso

Estas son unas pocas cosas, para que quede constancia. No quiero que la memoria me juegue una mala pasada. Durante el año que viene me iré resarciendo de muchas de ellas. Hasta entonces, mejor no pensarlo mucho, ya tengo demasiado que ir pensando, decidiendo y preparando.

Semana 26 y contando

Parece mentira pero ya estoy de 6 meses. Alan sigue pataleando a sus anchas, así que sigue bien. Y yo sigo engordando, cansándome más que antes, teniendo unos pequeños cambios de humor repentinos (¿verdad que sí txema? pobre lo que tiene que aguantar, y lo que le queda!), empiezan los problemas para dormir y los dolores de espalda van aumentando. Vamos lo normal. Porque si algo aprendes del embarazo es que tooodo lo que te pase es normal.

Está resultando una experiencia cuando menos curiosa. A ratos no me parece que esté embarazada y a ratos tengo la sensación que no soy persona. Por un lado estoy muy feliz notando al pingüino, y por otro me pregunto quién me mandaría a mí con lo tranquila que estaba yo. Tengo la sensación de que a partir de aquí todo va a ser más cuesta arriba.

Supongo que, como decía antes, estas contradicciones entran dentro de lo normal (tampoco es que me caracterice por ser muy coherente), y que vienen provocadas por el inicio de la temporada compras para el bicho. No me gusta comprar, no tengo experiencia en comprar para un bicho nuevo, y absolutamente todo me parece carísimo, como era de esperar por otra parte. La suerte que tengo es que tenemos a quién preguntarle, unas cuantas parejas que ya han pasado por ello. En estas cosas la experiencia es un grado.

Por otro lado estoy yendo a unas clases de yoga que me sientan muy bien, acabo baldada pero la espalda mejora; la semana que no puedo ir lo noto mucho. Ahora sólo me tengo que decidir a ponerme en casa. Lo que me recuerda que me tengo que comprar otra bola hinchable de esas para sentarme encima. La que tenía sufrió un pequeño percance y pereció. Dejémoslo ahí, ¿verdad early?

A pesar de todo estoy teniendo un buen embarazo y no me quejo. Bueno, a veces sí. Pero sólo a ratos. Y no mucho. O eso espero. ¿Sabéis qué?, eso mejor se lo preguntáis a txema 😉

Ya tenemos nombre

Bueno, después de mucho deliberar y de repasar páginas y páginas de nombre de niño, nos congratula anunciar que ya hemos elegido un nombre para el pingüino.

La cosa ha sido complicada, más que nada porque teníamos unos cuantos requisitos, a saber:

  • Que sea fácilmente pronunciable en los tres idiomas en los que se va a tener que manejar
  • Que sea corto, no es cuestión de complicar el tema, y además no nos gustan los nombre muy largos
  • Que su significado sea algo sencillo y a poder ser positivo (nada de cosas deprimentes como «sacrificio eterno» o nombres sin sentido como «escalera» ¿?)

Además, elegir un nombre que es para toda la vida es una responsabilidad, oiga, los niños deberían nacer con un número de serie y que luego ellos decidan cómo quieren llamarse cuando sean mayores (unodosochosietecinconuevecuatroséeeis suuuube p’arriba!! bien pensado, no lo acabo de ver).

Así que, después de descartar casi todo el santoral español, porque la mayoría se caían por el punto 1 o por el 2, y los que quedaban eran demasiado bíblicos para nuestro gusto (y que además suelen caerse por el punto 3), y el catalán, ya que la mayoría son los mismos al venir del latín, tuvimos que recurrir a opciones más exóticas como los celtas o los vikingos.

Para seguir la coña del pingüino pensamos que el bonito nombre escandinavo Linus podría ser un candidato, pero a bea no le convenció ;).

Así que seguimos buscando y al final se llevó el gato al agua Alan.

Algunas webs lo clasifican dentro de los nombre célticos aunque en Behind the Name (que parece que saben de lo que hablan) lo incluyen sólo como escocés, inglés y bretón. Por cierto, el significado más extendido es «guapo», que seguro que le va a venir como anillo al dedo 😉

A modo estadístico quedó en la posición 83 de nombres más puestos en catalunya en el 2007.

Va a ser un pingüino

Pues eso parece, la semana pasada fuimos a revisión de la semana 20, el 5º mes para los no iniciados, y nos lo confirmaron: un niño.

Miraron que se esté desarrollando correctamente, le estuvieron mirando todos los órganos y las extremidades y todo perfecto. Como dijo la doctora, 2 riñones: un buen número.

Respecto a la madre todo bien, cada vez más cansada, así que me han mandado hierro y por ahora no me sienta mal.

También he ido ya a la primera clase prenatal. Han hablado una fisioterapeuta, una comadrona, una chica de asuntos sociales, y una dietista.
Fueron un par de horitas hablando sobre las posturas que son más correctas, la alimentación adecuada, los derechos que tenemos y un poco lo que nos espera. No ha estado mal.
Y ya tengo el planning para las próximas clases que prometen ser más interesantes.

Por otro lado ya he empezado a jugar con él a Simon, de momento él empuja y yo le respondo 🙂

Os dejo una galería con las nuevas fotos. En una de ellas hasta se puede ver un pie y contar todos sus dedos 🙂

Primer foto-book del pingüino

Hemos tardado, pero no podíamos dejar pasar la oportunidad de mostrar las primeras imágenes de nuestro pingüino virtual.

De nuestra niñez tenemos un puñado de fotos en una caja de zapatos, mientras que los niños de ahora empiezan a tener una buena colección de fotos desde antes de nacer. Para cuando lleguen a la adolescencia tendrán una tonelada de bytes en fotos, listas para enseñar a familiares y amigos para verguenza propia y ajena. ¡Viva la tecnología!

Nuestro pingu no va a ser menos así que ahí van las primeras fotos.

Esta es de la semana 12, la primera foto que le ha tomado su padre, hecha con el móvil porque la impresora no funcionaba:

Pinguino, semana 12

En la semana 13 tuvimos la suerte de pillar un cacharro con tinta y todo, aunque tampoco es que se vea mucho:

Pinguino, semana 13

Y en la última prueba, semana 18, la doctora se estiró y nos hizo una foto en 3D. Se observa claramente cómo el pingüino ha salido a sus padres y no le mola eso de que le hagan fotos, debía intuir que la íbamos a colgar en internet:

Pinguino, semana 17

Y hasta aquí puedo leer. Tenemos la ecografía de la semana 20 la próxima semana. Con suerte podremos aumentar el foto-book. Estoy segura que esta vez txema no se va a olvidar la cámara en casa 😀 .