Alan ha decidido independizarse. La semana pasada estábamos preparando el cuarto de invitados para unas visitas y de repente suelta:
– Yo quiero dormir en la cama roooja! – la cama roja es una cama individual de las de persona mayor que hay en el que iba a ser (y que ahora ya es) su cuarto.
– Perooo, vas a dormir aquí tu solito?
– Nooo, con vosotros.
– Pero es que nosotros tenemos nuestra cama en el otro cuarto, y aquí no cabemos todos.
– Podéis traer mi cuna.
– Y vas a dormir en la cuna?
– Noooo, yo en la cama roja! – después de hacernos cambiar la cuna de sitio, claro
– Y la cunaaaaaa???
– Para mamá
– Jeje, que no Alan, que ahí no cabemos. Si quieres puedes dormir aquí, pero nosotros tenemos que dormir en la cama grande.
– Okay!
Nosotros pensábamos que igual lo probaría y decidiría que no le gustaba (o nos echaría de menos, sniff) pero no, desde entonces ha dormido en su habitación tan contento.
En fin, una etapa se cierra y otra se abre y bla, bla (insertar tópico manido sobre lo rápido que crecen y demás). El cuarto año se presenta interesante…
Aldara también se ha independizado… pero a diferencia de Alan, vuelve cada noche, a horas variadas, pero vuelve.
De ahí a su propio juego de maletas y billete de avión (de ida), no tenéis nada, ¿eh? 😛
Deja una de visitaros un día, y me ponéis el fondo del blog en azul… me voy a callar el adjetivo que le iba a dar al azul, porque no quiero que me acusen de recibir sobres en negro… 😛
Es que ya nos cansamos del tema naranja aquél.
De todas maneras, todavía estamos probando opciones.
Eh… conste que me gusta el azul, eh? Pero es que todo taaaaaan azul, costaba encontrar las cosas… 😛 (A lo mejor si le ponéis sólo una parte en azul? )