Semana 26 y contando

Parece mentira pero ya estoy de 6 meses. Alan sigue pataleando a sus anchas, así que sigue bien. Y yo sigo engordando, cansándome más que antes, teniendo unos pequeños cambios de humor repentinos (¿verdad que sí txema? pobre lo que tiene que aguantar, y lo que le queda!), empiezan los problemas para dormir y los dolores de espalda van aumentando. Vamos lo normal. Porque si algo aprendes del embarazo es que tooodo lo que te pase es normal.

Está resultando una experiencia cuando menos curiosa. A ratos no me parece que esté embarazada y a ratos tengo la sensación que no soy persona. Por un lado estoy muy feliz notando al pingüino, y por otro me pregunto quién me mandaría a mí con lo tranquila que estaba yo. Tengo la sensación de que a partir de aquí todo va a ser más cuesta arriba.

Supongo que, como decía antes, estas contradicciones entran dentro de lo normal (tampoco es que me caracterice por ser muy coherente), y que vienen provocadas por el inicio de la temporada compras para el bicho. No me gusta comprar, no tengo experiencia en comprar para un bicho nuevo, y absolutamente todo me parece carísimo, como era de esperar por otra parte. La suerte que tengo es que tenemos a quién preguntarle, unas cuantas parejas que ya han pasado por ello. En estas cosas la experiencia es un grado.

Por otro lado estoy yendo a unas clases de yoga que me sientan muy bien, acabo baldada pero la espalda mejora; la semana que no puedo ir lo noto mucho. Ahora sólo me tengo que decidir a ponerme en casa. Lo que me recuerda que me tengo que comprar otra bola hinchable de esas para sentarme encima. La que tenía sufrió un pequeño percance y pereció. Dejémoslo ahí, ¿verdad early?

A pesar de todo estoy teniendo un buen embarazo y no me quejo. Bueno, a veces sí. Pero sólo a ratos. Y no mucho. O eso espero. ¿Sabéis qué?, eso mejor se lo preguntáis a txema 😉

7 comentarios en “Semana 26 y contando

  1. Podría ser, aunque creo que la temporada de compras no la han iniciado las hormonas, más bien se debe a que quiero quitarme el problema de encima cuanto antes.

    Claro que echarle la culpa a las hormonas es lo más fácil 🙂

  2. Uff, que me vas a contar de hormonas… Las mías parece mentira que ya tengan experiencia, porque se están pasando tres pueblos…
    Sobre las compras, yo ya voy casi casi acabando, eso si, una vez que compres algo, no mires más, que luego lo encuentras más barato y te tiras de los pelos…
    Y otra cosita, aun te queda la siguiente fase, la de preparar la bolsa (del hospital, se entiende)… que es señal de que el gran momento se acerca, y es algo que pospongo semana tras semana… y cada vez quedan menos, asi que… habrá que dejar de posponerlo…

    • Cuánta razón en lo de no seguir mirando, de hecho el sábado después de comprar en el Mothercare fuimos al Babys’ur’us y era más barato, como no!

  3. ¡Ánimo, Bea, que ya queda menos! Coincido contigo en que las compras para el bicho son un incordio, pero mejor quitárselas de encima cuanto antes, como tú dices.

  4. La culpa de lo que le pasó a la bola hinchable es… de las hormonas!! 🙂
    Qué momento! La pelota desinflada y triste con la palabra EVERLAST impresa sobre ella. Qué nombre de marca más irónico!!
    Y todavía sin repuesto? Ehm… creo que tendré que sacarte de compras para reponerla y así eliges el tamaño exacto.
    Pilla una con «pelos» como ésta

    (qué grima!!)

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