No hay nada como cambiar los ojos con los que se miran un determinado escenario cotidiano para volver a descubrir cosas interesartes en él. Hasta Dublín puede convertirse en un campo de juego, parafraseando la publicidad de una conocida marca, a la búsqueda de objetos que siempre han estado ahí, pero que estaban demasiado lejos como para prestarles atención:
o haciendo fotos «típicas» sin tener que levantar la cabeza por encima de una maraña de turistas pesados:
o simplemente encontrando motivos para experimentar:
Muy entretenido, la verdad. Y este fin de semana, más diversión en The Giant Causeway.