Y van tres…

Ya han pasado tres años desde que llegamos a este país. Con 4 maletas y una semana de reserva en un hotel. Optimistas que éramos.

Teníamos la sana intención de pasar aquí unos años, trabajar al menos uno o dos, aprender inglés de manera que no tengamos que preocuparnos por ello nunca más, cambiar de aires y tener una experiencia distinta.

He de decir que hemos cumplido con todo. Y más. Nuestro día a día ganó en tranquilidad. Ya no sé lo que es vivir estresada todo el día.

La aventura incluyó un par de cambios de vivienda in extremis, un curso de inglés intensivo, la búsqueda de trabajo y el lidiar con papeleo vario del pintoresco sistema irlandés. Una vez instalados, y gracias a las nuevas tecnologías, empezamos a tener vida social. Eso nos ha hecho desde entonces la vida mucho más fácil.

Aquel día que nos aventuramos a dejarlo todo, encontramos un periódico en nuestro asiento del avión de ryanair que nos trajo hasta aquí. Cada año recuerdo nuestro horóscopo de ese periódico:

What do you want to do? look at live or live it! […] Things will never be the same again so enjoy the change. Don’t panic, […]

decidimos guardar el periódico y disfrutar del cambio, ahora lo de «no panicar» fue más difícil 😀

Y con todos los objetivos más o menos cumplidos, habrá que hacer un pensamiento y volver. De momento iremos haciendo el pensamiento, que aunque no tengo ninguna intención de quedarme aquí para siempre, tampoco hay niguna prisa por volver.

Empezamos la temporada de excursiones!

Parece que el verano se acerca, o al menos esa sensación daba la semana pasada que tuvimos varios días seguidos de sol, así que cuando unos amigos nos propusieron de hacer una excursión a Cork, no nos lo pensamos dos veces y decidimos que era hora de empezar la temporada de excursiones 2009.

Aunque en Cork ya hemos estado, y la ciudad es pequeña y no da para mucho, la zona es re-visitable ya que tiene mucho ambientillo (la media de edad es bastante joven) y hay muchos lugares donde comer buen pescado. Y ya sabemos que la buena cocina nos pierde :D.

Total, que el sábado nos fuimos para allá bastante temprano con la idea de llegar al B&B lo antes posible y soltar las maletas. Después de aligeranos de equipaje, como se acercaba la hora de comer nos fuimos a Kinsale, al Fishy Fishy Café, que ya comenté en un post anterior sobre el tema. Para bajar la comida hicimos ruta hacia Charles Fort, que está al lado, aunque no hicimos la visita guiada porque se nos hacía tarde.

Charles Fort

Volvimos a Cork a visitar la parte antigua y cenamos en una restaurante de «tapas». La verdad sea dicha estaban buenas, y con un Mantel Blanco para acompañar aún más.

Boqueria

Al día siguiente empezamos con el impresionante desayuno del B&B, casi una hora tardamos en desayunar. Y de ahí de vuelta a Dublín, pasando por un par de sitios de visita:

  • The Rock of Cashel, donde nos sacarmos la Heritage Card, algo que hacía tiempo que veníamos pensando en hacer. La tarjeta vale 21 EUR y te permite entrar durante un año en todos los centros históricos gestionados públicamente.

Rock of Cashel

  • Y Kilkenny donde entramos a visitar el famoso castillo, que es espectacular por dentro. La visita merece la pena.

Kilkenny Castle

Cuidado con el puente

Creo que no hemos comentado aquí todavía la manía que le tienen los camioneros irlandeses a los puentes del ferrocarril. Cada cierto tiempo se veo noticias de que cierta carretera está cortada porque un camión ha chocado con un puente (por cierto, ahora hace ya algún tiempo que no veo ninguna, será que no leo las noticias).

No está muy claro el porqué de este odio irracional para con los pobres puentes, pero he llegado a leer en un par de sitios que la culpa puede ser de que los conductores se han acostumbrado a seguir las instrucciones al pie de la letra del GPS en lugar de usar la materia gris. Otra opción a la que apuntan Las Malas LenguasTM es que podría ser por la conversión del sistema del imperio al métrico, que en lo que tardan en hacer la conversión mental del uno al otro se encuentran ya atascados en el puente, aunque creo que las señales suelen tener la altura máxima indicada en los sistemas, con lo cual no parece que sea el caso.

Sea por lo que sea, en Irish Rail ya lo tienen muy asumido:

Restricted bridge

Incluso en su página web tienen una página donde te puedes bajar unos mapas con la altura de todos los puentes de ferrocarril de la isla.

Y para el que no se crea que esto es un problema, hasta en los debates del Dáil discuten sobre el tema. Vale que fuera una discusión de la ley de seguridad del ferrocarril, pero me ha impactado la cifra (y eso que el documento es de 2003, si la teoría del GPS es cierta seguro que hemos ido a peor el los últimos años):

[…] Last year road vehicles crashed into rail bridges 105 times. Almost all these incidents involved lorries hitting overhead rail bridges and in most cases the lorry was too high to pass under the bridge. There is a danger that such incidents will cause train tracks to lift, leading to a derailment. I am particularly worried about East Wall in my constituency, where the railway bridge over the East Wall Road has been struck by trucks over 100 times in recent years […]

Lo que no me explico es porqué no se le ha ocurrido a nadie el poner la típica barrera con la altura máxima unos metros antes del puente; no digo que lo hagan en todos, que saldría muy caro, pero en un puente de estos en los que chocan más de cien veces se recuperaría la inversión rápidamente, creo yo, vamos.

Por cierto, el puente 105 concretamente es bastante fotogénico:

Bridge No. 105

De excursión

Este finde pasado, decididos a aprovechar el sol que se preveía iba a hacer por lo menos el sábado (e hicimos bien en aprovechar los últimos coletazos del verano, porque el invierno ya está aquí), alquilamos un coche y fuimos a perdernos por las afueras de Dublín. Lo de perdernos nunca mejor dicho, ya que por esas carreteras del countryside que tienen por costumbre no señalizar hubo más de un momento de «dónde narices estamos, y cómo vamos a salir de aquí?»

El foto-recorrido:

Dun Laoghaire
El taller de Avoca handweavers
Comida y merienda en el Avoca Cafe
Merienda en el Avoca Cafe
Cementerio de barcos en Arklow
Barco faro abandonado en Arklow
Iglesia en Kildare
Iglesia en Kildare

Verano tardío

Parece que ahora que empieza el otoño le ha dado al verano por re-aparecer, ya que llevamos 3 ó 4 días de buen tiempo, todo un récord. El sábado estuvimos disfrutando del sol paseando por el centro y ayer incluso nos pasamos la mañana en la terraza tomando el sol, como lagartijas!

Hoy también hace un buen día, y la previsión es que se mantenga los próximos días así, aunque aquí las previsiones cambian de un día para otro. Como esto siga así para el finde (lo cual sería todo un récord, dos fines de semana seguidos con buen tiempo!) vamos a tener planear una escapadita, que estos días no se pueden desperdiciar.

Voy a ver si me doy un paseo por Grafton St, a ver si me da otro poco el sol.

Conductor, precausión

No sé si alguna vez que contado que el estado irlandés no se molesta en indicarte cada 100 metros a qué velocidad máxima tienes que ir como hacen en españa, si no que ellos te recuerdan de vez en cuando cuál es la velocidad máxima de la vía y asumen que ya eres mayorcito como para saber cuánto puedes correr. Esto tiene la ventaja de que se gastan menos dinero en señales que Kojak en fijador, pero la desventaja de dejar al criterio de los conductores adivinar a qué velocidad entrar en una curva; cuando un alto porcentaje de ellos no han ni siquiera pasado un examen para obtener el carné esto último no parece una buena idea.

Por ello, en los puntos más peligrosos suelen indicarte que frenes, utilizando la siguiente escala de menos a más despacio:

  • SLOW
  • VERY SLOW
  • VERY VERY SLOW

Yo creía que eso era todo, hasta que en la pasada excursión a Wesport me encontré que aún hay otra categoría para indicar más despació todavía:

Bank holiday weekend en Westport (y alrededores)

El fin de semana pasado hicimos otra escapada, hay que aprovechar que estamos en verano, al menos según el calendario.

Esta vez nos acompañaron Tony y Pi, y fuimos a uno de los pocos sitios que nos quedaban por re-visitar en la isla, Westport.

Westport es un pueblo muy bonito situado, como su propio nombre indica, al oeste de la isla (además tiene un puerto, nunca lo hubieráis dicho). Además de mono, el pueblo tiene bastante ambientillo, con muchos restaurantes en el centro y pubs que parecían muy interesantes.

Lo malo de ser tan popular es que en un finde como el pasado con tres días seguidos de fiesta era imposible encontrar alojamiento, así que nos tuvimos queconformar con quedarnos en Castlebar, la principal ciudad del condado de Mayo, a unos 20km de Westport. De ahí empezamos nuestra ruta el sábado, que nos llevó a la pate norte del condado, hacia Achill Island, donde recorrimos la Altantic Drive:

Al día siguiente nos movimos hacia el condado de Galway, para recorrernos la zona de Connemara, espectacular:

Y al día siguiente, ya volviendo hicimos parada en Clonmacnoise, un importante conjunto monástico, de los más visitados de Irlanda junto con Glendalough.

Y de ahí, vuelta para casa, que al día siguiente había que currar. Pero sin estresarse, que hoy volvemos a ir a Barcelona para el finde, a celebrar mi cumple! Si es que no paramos…

Excursión a Wexford

Este pasado fin de semana aprovechamos que la previsión meterológica prometía buen tiempo para irnos de excursión hacia el sur del país, a la zona más soleada de la isla, y la verdad es que hizo un par de días estupendos.

Así que alquilamos un coche y engañamos a Rocío y Luy para que se vinieran con nosotros. La primera parada que hicimos de camino fue en una de las playas turísticas. Hacía sol como para ponerse a tomarlo, pero el viento fastidiaba un poco y no apetecía del todo ponerse el bañador. Eso sí, en las playas irlandesas en lugar de a palas se juega al hurling:

Continuamos camino hacia la capital del condado donde comimos y estuvimos dando un paseo. Incluso hicimos un poco de visita cultural ya que nos dejaron entrar a una abadía que normalmente la tienen cerrada para evitar que la gente haga botellón.

Al día siguiente nos dirigimos hacia el faro de Hook, el más antiguo en funcionamiento de Irlanda. Nos hicieron una visita guiada por el interior y después de subir ciento y pico escalones pudimos disfrutar de las vistas desde la parte de arriba del faro.

Y de ahí nos fuimos volviendo, parando a medio camino para comer, que el finde no daba para mucho más. El próximo lunes es festivo así que esperamos poder hacer una excursión un poco más larga!

La ruta del Giant’s Causeway

El pasado fin de semana aprovechamos el «puente» del May Day para darnos una vuelta por Irlanda del Norte, que prácticamente era la única parte de la isla que nos quedaba por visitar 🙂 , así que quedamos el sábado muy temprano con María y Miguel para recoger el coche de alquiler e huir lo más rápidamente posible de Dublín.

La primera parada fue en Belfast, recorrimos la parte antigua de la ciudad, que tenía su encanto pese a ser bastante pequeña (o puede que sea por eso).

Belfast

Como se acercaba el mediodía decidimos ir a comer y nos topamos con una manifestación, que suponemos era por el día del trabajador. Curiosa manifestación, en lugar de ir todos detrás de una pancarta bajo un determinado lema, había como varios grupos, cada uno con su estandarte y con una o varias pancartas explicando la causa por la que se manifestaban. Además, había varias orquestas amenizando la marcha.

Después de ponernos como el tenazas comiendo, salimos de Belfast dirección oeste (creo, porque nos perdimos un poco y no sé cuánta vuelta dimos, eso sí, pasamos por Shankill y vimos algunos murales, aunque no tuvimos tiempo de pararnos a hacer fotos).

Llegamos al B&B por la tarde, soltamos las maletas y para la ruta de la Calzada del Gigante se ha dicho! Primero intentamos ir a ver el Carrick-a-Rede Rope Bridge, pero cuando llegamos ya estaba cerrado, así que volvimos hacia la atracción principal de la zona, la Calzada de los Gigantes:
Giants Causeway

Allí hicimos como tres mil fotos y nos encontramos con otros spaniards, si es que ya no sé dónde tendremos que ir la próxima vez para librarnos de ellos 😉

Al final, nos cansamos un poco del viento (hacía un sol estupendo, pero el viento se las traía, y si no preguntadle a Rocío) y decidimos retomar la ruta y tratar de ver otros puntos interesantes, aunque al final acabamos en Portrush cenando y a dormir.

Al día siguiente comenzamos decidos, esta vez sí, a cruzar el famoso puente. Así que fue el primer sitio hacia donde nos dirigimos, aprovechando que no hacía viento. La pena fue que llovía a ratos, con lo cual nos mojamos bastante, pero valió la pena la experiencia porque las vistas eran espectaculares.

Puente colgante

Por suerte, poco después el cielo se despejó y salió un sol radiante que nos acompañó el resto del día. Qué mejor forma de aprovechar un día soleado que pasearse por un parque nacional? Dicho y hecho, fuimos al parque de Glenariff, cargamos el trípode a la espalda y a caminar por una de sus rutas escénicas, la cual nos tenía que llevar a una serie de saltos de agua, a lo largo de sus 2,9 km (aunque bea y sus pies molidos tienen la teoría de que fueron más de eso 🙂 ).

Parque de Glenariff

Después, pese al cansancio y no estando dispuestos a rendirnos tan temprano, nos fuimos hacia a la otra punta de la ruta, a ver el tempo de Mussenden, lo que acabó siendo otro pedazo de pateada, así estamos hoy, machacados.

Mussenden Temple

El último día, como el cansancio apretaba decidimos ir de tranquis, y comenzar viendo la destilería de Bushmills (un guisquito a las 10 de la mañana?). Un poco decepcionante, la verdad, no explicaron mucha cosa y lo que explicaron no le pusieron demasiado entusiasmo, no sé si porque era muy pronto o porque era día festivo, pero vamos, que hemos hecho visitas a destilerías varias mucho mejor explicadas.

Luego comenzamos el regreso, parando sólo en Ballymena para comer, una ciudad bastante animada para ser un día festivo (el resto de sitios por los que habíamos pasado estaban muertos, básicamente).

Así que, como os podéis imaginar, al llegar a casa lo único que tuvimos fuerzas para hacer fue tirarnos en el sofá y ver la tele. Aún así ha merecido la pena totalmente, nos lo hemos pasado muy bien y el tiempo ha acompañado (hasta me he puesto un poco moreno).

Redescubriendo Dublin

No hay nada como cambiar los ojos con los que se miran un determinado escenario cotidiano para volver a descubrir cosas interesartes en él. Hasta Dublín puede convertirse en un campo de juego, parafraseando la publicidad de una conocida marca, a la búsqueda de objetos que siempre han estado ahí, pero que estaban demasiado lejos como para prestarles atención:

Reloj

Fuente en Dame St.

o haciendo fotos «típicas» sin tener que levantar la cabeza por encima de una maraña de turistas pesados:

Molly Malone

o simplemente encontrando motivos para experimentar:

Flores azules

Muy entretenido, la verdad. Y este fin de semana, más diversión en The Giant Causeway.