Parece que ya ha llegado el verano a Dublín (es posible que mañana se acabe, pero de momento dicen que durará el resto de la semana así que habrá que aprovecharlo.) Además ayer fue fiesta con lo cual hemos pasado un finde de tres días de calor, como hacía tiempo que no teníamos.
Para empezar, el sábado de mudanza de unos amigos, que acabamos antes de la hora de comer gracias a que alquilamos una mega-fregoneta (parecíamos el equipo A), y con el buen tiempo que hacía pues aprovechamos para celebrarlo con una barbacoa en la nueva casa.
El domingo fuimos al centro a un festival marítimo que hacían en el río y nos tostamos a base de bien. El festival estaba a petar y había un montón de puestos de comida (contamos hasta tres puestos diferentes con paella). A ratos daba la impresión de que estábamos en otro país, con todo el mundo en manga corta, puestos de comida exótica y sol, mucho sol.
Y ayer como continuaba la racha de buen tiempo decidimos aprovecharlo para estrenar la temporada de barbacoas en nuestro piso, y aunque la comida fue un poco experimental y no acabó de salir todo lo bien que esperábamos (fuimos tarde a comprar y ya no quedaban ni hamburguesas, así que tuvimos que improvisar) pasamos un buen rato.
Ahora, el resto de la semana a dieta, para compensar.